viernes, 11 de abril de 2014

La conducta reproductora

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¿QUÉ SE ENTIENDE POR CONDUCTA?


El estudio de la conducta presupone una adecuada descripción, descripción que, tal como exigen los conductistas, debe ser objetiva: implica un análisis exhaustivo que permita conocer sus elementos constituyentes y el orden en que aparecen: cualquier conducta implica actividad, bien de tipo muscular, bien de tipo glandular, que ha de poderse cuantificar. Pero, no basta con describir los cambios fisiológicos tal como aparecen, sino también el contexto en el que ocurren y, sobre todo, la función biológica que cumplen.


ENTONCES ¿QUÉ ES LA CONDUCTA REPRODUCTIVA?

 

La conducta reproductora se incluye dentro de la parte de la regulación de los organismos internos ya que los machos y las hembras responden de forma diferente en función de la situación de su sistema endocrino. En la mayoría de las especies, la diferencia entre machos y hembras depende de la posesión de un cromosoma, el cromosoma Y. Los cromosomas sexuales son determinados en el momento de la fertilización, y a eso lo llamamos sexo cromosómico. En mamíferos, la diferenciación en el sexo cromosómico conduce a la diferenciación de las gónadas primitivas en ovarios o testículos, a lo cual llamaremos sexo gonádico. Además, la posesión de ovarios o testículos da lugar a la producción de gametos sexuales, que en el caso de los ovarios serán óvulos y en el de los testículos serán espermatozoides.
Pero esta no es la única diferencia entre machos y hembras. Antiguamente, esa diferenciación se hacía sólo por la apariencia física debida a las características sexuales secundarias, el conocido como sexo funcional.

Aparte de estas dos, hay otra tipo de diferenciación. En muchas especies, incluida la nuestra, el desarrollo del cerebro está afectado por las hormonas, fundamentalmente la testosterona (un andrógeno) en las primeras etapas de la vida.

La influencia de la testosterona da lugar al que denominamos sexo cerebral.
Los machos y las hembras procesan la información de forma diferente, ya que hay estructuras cerebrales modificadas por la testosterona. Por ejemplo, los hombres son mejores en la coordinación viso-manual, mientras que las mujeres, al tener el área deWernicke más desarrollada, tienen mayor capacidad para el lenguaje.


Las dos modalidades básicas de reproducción se agrupan en dos tipos, que reciben los nombres de asexual o vegetativa y de sexual o generativa, que se explican en el siguiente apartado.



TIPOS DE CONDUCTAS REPRODUCTIVAS



Reproducción asexual

La reproducción asexual está relacionada con el mecanismo de división mitótica.
Se caracteriza por la presencia de un único progenitor, el que en parte o en su totalidad se divide y origina uno o más individuos con idéntica información genética.

En este tipo de reproducción no intervienen células sexuales o gametos, y casi no existen diferencias entre los progenitores y sus descendientes, las ocasionales diferencias son causadas por mutaciones. Los individuos que son creados a partir de este tipo de reproducción son del género femenino.

En la reproducción asexual un solo organismo es capaz de originar otros individuos nuevos, que son copias exactas del progenitor desde el punto de vista genético. Un claro ejemplo de reproducción asexual es la división de las bacterias en dos células hijas, que son genéticamente idénticas. En general, es la formación de un nuevo individuo a partir de células maternas, sin que exista meiosis, formación de gametos o fecundación. No hay, por lo tanto, intercambio de material genético (ADN). El ser vivo progenitado respeta las características y cualidades de sus progenitores.

A consecuencia de esto la desventaja más clara de la reproducción sexual es que si se produjera un cambio en el ambiente la poca diversidad genética del individuo en cuestión podría facilitar la desaparición del mismo, puesto que en su organismo no existe la capacidad de adaptarse al ambiente.

Reproducción sexual

En la reproducción sexual la información genética de los descendientes está conformada por el aporte genético de ambos progenitores mediante la fusión de las células sexuales o gametos; es decir, la reproducción sexual es fuente de variabilidad genética.

La reproducción sexual requiere la intervención de un cromosoma, genera tanto gametos masculinos como femeninos o dos individuos, siendo de sexos diferentes, o también hermafroditas. Los descendientes producidos como resultado de este proceso biológico, serán fruto de la combinación del ADN de ambos progenitores y, por tanto, serán genéticamente distintos a ellos. Esta forma de reproducción es la más frecuente en los organismos complejos. En este tipo de reproducción participan dos células haploides originadas por meiosis, los gametos, que se unirán durante la fecundación.


FASES DE LA CONDUCTA REPRODUCTIVA

Consta de cuatro fases:

1. Atracción Sexual (primera fase del encuentro entre un macho y una hembra).

2. Conducta Apetitiva (conductas que establecen, mantienen o favorecen la interacción sexual).

3. Copulación (también denominado coito).

4. Conducta Postcopulatoria
(última fase de la conducta reproductora, tras la copulación, la cual varía de una especia a otra).


1. Atracción sexual

Primera fase del encuentro entre un macho y una hembra. En muchas especies, la atracción sexual está muy sincronizada con la disposición fisiológica para reproducirse.

En una gran variedad de especies, la atracción y la respuesta sexual están muy determinadas por asociaciones aprendidas, variando de un individuo a otro sobre la base de la experiencia.

Desde un punto de vista experimental, el atractivo de un individuo se evalúa mediante la observación de las respuestas de compañeros potenciales: lo rápido que se acercan, lo mucho que se esfuerzan para ganar sus favores, etc.

Dado que la secreción de estrógenos está ligada a la liberación de óvulos, estos mecanismos tienden a sincronizar el atractivo sexual de la hembra con la fertilidad máxima. Aunque es normal también que la hembra considere poco atractivo a un macho determinado, negándose a aparearse con él.

Si los animales se atraen mutuamente, pueden avanzar hacia la fase siguiente. 

2. Conducta Apetitiva


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En los mamíferos, las hembras que exhiben estas conductas están proceptivas: pueden acercarse a los machos, permanecer cerca de ellos, o aproximarse y retirarse de manera alterna. En general, las conductas apetitivas de los machos consisten en estar cerca de las hembras.

Si ambos animales muestran conductas apetitivas puede que pasen a la tercera fase.


3. Copulación

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En muchos vertebrados, la copulación conlleva penetraciones en las que el macho introduce el pene en la vagina de la hembra, tras lo cual se produce una cantidad variable de estimulación copulatoria. Cuando la estimulación alcanza un nivel umbral, el macho eyacula en la hembra semen portador de espermatozoides; la duración y la cantidad de estimulación requerida pueden variar mucho de una especie a otra y entre individuos.

Tras un encuentro copulatorio, los animales no vuelven a aparearse hasta pasado un tiempo, lo que se conoce como fase refractaria, la cual varía de minutos a meses dependiendo de la especie y las circunstancias.

Muchos animales presentan una fase refractaria más corta si se les presenta una nueva pareja, fenómeno denominado Efecto Coolidge.

Al parecer, es la hembra la que decide si se da la copulación o no. Cuando está dispuesta a copular se dice que es sexualmente receptiva, que está en celo o en estro.


La mayoría de las especies son estacionales, siendo las hembras receptivas sólo durante la época de reproducción. 

4. Conducta postcopulatoria

 En algunos mamíferos, el pene del macho se hincha tanto después de eyacular que no puede sacarlo de la hembra durante un rato, y entonces se dice que los animales se hallan en un cierre copulatorio. 






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